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Ex peloteros de las mayores luchan para lidiar con el retiro

Todd Helton ahora lleva regularmente a sus dos hijas a la escuela u otras actividades en su lugar de residencia en Tennessee, un enorme cambio de vida para el ex primera base estelar de los Rockies de Colorado.

El ex pelotero no tenía idea de que alejarse del béisbol sería un ajuste tan abrumador y agobiante. La rutina diaria que se había convertido en parte de su ADN _las charlas, la práctica de bateo, los partidos_ ha sido reemplazada por un rol de chofer de los niños, ayudar con las tareas de la casa y jugar un poco de golf.

“Fue la cosa más dura que he hecho en mi vida”, declaró Helton. “He sido un beisbolista desde que aprendí a caminar, siempre supe que iba a ser un jugador de béisbol”.

Pero al tiempo que inicia una nueva temporada de Grandes Ligas, muchos ex jugadores empiezan a darse cuenta qué difícil es dejarlo.

Adiós a los juegos de inicio de campaña. Ya no sienten la adrenalina que genera el batear con casa llena y dos outs frente a 40.000 frenéticos aficionados. Atrás ha quedado la camaradería en el clubhouse, y el compartir la meta de llegar a la Serie Mundial.

Los vuelos, los hoteles, los cazadores de autógrafos y, sin duda, el dinero. Pero una estructura armada completamente en torno a estar en el estadio, de pronto es reemplazada por tareas mundanas que nadie atestigua.

“Uno se hace a un lado y el juego continua sin uno, sin importar qué tan grande fue”, aseveró el ex jardinero Randy Winn. “Y hay algunos jugadores en verdad grandiosos que uno los ve por ahí y ya no están jugando: campeones del mundo, de Juego de Estrellas, Barry (Bonds) pasea por ahí al igual que algunos de los mejores de todos los tiempos. Y el juego continúa. Hay jugadores más jóvenes que llegan y empiezan a dar de qué hablar. Eso quizá no sea lo más difícil pero es una sensación de ‘¿Qué me espera?’, y eso es lo más duro”.

Las lesiones obligaron al ex pitcher de San Francisco Noah Lowry a retirarse antes de lo planeado, y ahora es dueño de una tienda de artículos para actividades al aire libre en el norte de California y se incorporó a la Cámara de Comercio.

Al igual que Helton, también se dice perdido sin el béisbol.

“Me siento muerto por dentro”, aseveró Lowry.

Helton se retiró después de la temporada de 2013 tras una carrera de 17 años, todos con los Rockies. Regresó al Coors Field el pasado 15 de septiembre para una reunión de los campeones de la Liga Nacional de 2007, equipo que fue barrido por Boston en la Serie Mundial.

Jack Taschner, quien llegó a ser su compañero con los Gigantes, se convirtió el policía en Wisconsin.

Puede ser un cambio difícil incluso para un jugador que sabe que ha llegado el momento. Pero especialmente para aquellos beisbolistas que no tuvieron el tipo de salarios que los puedan mantener por décadas por venir.

“Uno tiene suerte si tiene treinta y tantos años, ¿cierto? Digamos que uno logra llegar a las Grandes Ligas a los 25 y con suerte juega cinco años _entonces ya tiene 30”, explicó Winn, que se retiró en abril de 2011 después de 13 campañas en las mayores en los jardines de Tampa Bay, Seattle, San Francisco, los Yanquis de Nueva York y San Luis. “A uno lo esperan 50 años de retiro, lo que resulta agobiante”.

El ex relevista Scott Eyre, que lanzó por 13 temporadas de Grandes Ligas con cinco equipos distintos, dejó muy en claro lo que se siente cuando en agosto pasado publicó en Facebook “¡Necesito un empleo!” AP

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