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Las víctimas que han perdido la vida por tratar de impedir asalto

En los hechos criminales que se registran en República Dominicana se incluyen a las personas que han resultado muertas o heridas cuando son víctimas de asaltos por un celular, joyas, entre otros objetos materiales.

A ese grupo se le suma una parte que, a pesar de que el atraco no ha sido en contra de ellos, tratan de socorrer a quienes estan siendo robados ya sea porque es su familia, un amigo o simplemente quiere ayudar, acción que les ha costado la vida.

En los últimos tres meses, unos tres casos se han llevado el corazón de parte de la población dominicana.

La primera de estas lamentables historias ocurrió el pasado miércoles cuatro de julio, cuando Warlyn Joselin Báez se disponía a salir de su casa junto a su madre, alrededor de las 5:30 de la mañana, para atender el puesto de café y té, como todas las mañanas.

El joven de tan solo 19 años, junto a su madre, Gregorina Báez, iban saliendo en una camioneta de su propiedad y fueron sorprendidos por varios atracadores en un motor, quienes apuntaron a la señora para despojarla de sus bienes.

“Ellos me encañonaron y lo primero que le dije a Warlyn fue que se estuviera tranquilo a lo que él me respondió: ‘yo te tengo que sacar de aquí’ y aceleró el vehículo y los delincuentes dispararón contra nosotros, una bala me dio en el brazo pero vi que él estaba bien, y no fue hasta que perdió el control del vehículo, que me di cuenta que se encontraba herido”, narraba el suceso Gregorina a reporteros del LISTÍN DIARIO en una visita a su casa días despues del hecho.

Tanto la familia como los vecinos de Warlyn lo definieron como un muchacho que apenas salía de su casa, al menos que no sea para la universidad o para el trabajo. Era un estudiante que cursaba el cuarto semestre de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), tenía buenas notas, y vendía té y café en las calles de su sector para ir a la universidad.

Otro caso que llamó la atención fue en el que falleció el director de transportación de Santo Domingo Oeste, Carmelo Amaro, quien fue asesinado la mañana del lunes 25 de junio cuando intentó evitar que un motorista fuera asaltado por dos desconocidos que lo interceptaron en otra motocicleta.

“Mi papá murió tratando de salvar a alguien que ni siquiera conocía, eso te debe de decir qué tan buen ser humano era él. Nos formó con valores y principios procurando el bien común sobre su propio bienestar”, expresó Rut Amaro, la segunda de tres hijos que tuvo Carmelo.

“El mayor”, como se le conocía entre los vecinos, era también el presidente de junta de vecinos de la urbanización Luz Divina.

“Es que era alguien muy querido por todos nosotros, era el tipo de persona que te vociferaba cuando pasaba el camión de basura”, agregó Joel Blanco, vecino de Amaro por alrededor de 15 años.

El último de los casos, fue el del profesor de Educación Física, José Miguel de la Rosa Beltré, quien fuera asesinado la noche del pasado jueves en un intento de asalto en El Almirante.

El hecho aún no está esclarecido del todo pero, según las personas que estuvierón cerca del lugar donde sucedió el crimen, él intento defender a quien iba ser la víctima del atraco y recibió un disparo en el cuello.

Familiares definen a José Miguel, conocido en el barrio como Peiton, como alguien que nunca tuvo conflictos y que era querido por todos.

“A él lo quería todo el mundo, le enseñaba baloncesto a los muchachos, armaba torneos y enseñaba educación física. Él era como un padre para esos muchachos”, expresaba Bienvenida Beltré, tía de la víctima.

Peyton daba clases en el Colegio Don Bosco en Los Almirantes y estaba consiguiendo patrocinios para armar un torneo de baloncesto, supuesto a comenzar a principios de octubre, el cual según palabras de su madre, era el mejor que iba armar.

“Él me decía ‘mami este es el que mejor me va a quedar. Ya tengo patrocinios de todas partes, eso va a quedar súper bien’ y mira cómo me lo matan así”, decía Zoila al momento que tenía que ser consolada por los presentes debido a las constantes lagrimas que derramaba.

Los adolescentes de la comunidad lo ven como un padre dentro del ámbito del deporte, ya que se pasaba tardes y noches practicando baloncesto con ellos.

“Era ese tipo de persona que no se metía con nadie, nos mantenía fuera de la calle. Era un ejemplo a seguir”, expresó Derys Theodore Brito de 19 años.

La opinión de Derys es la misma que comparten todos los jóvenes que alguna vez compartieron en algún juego de básquet o actividad del barrio.

“No había una kermés, juego de vitilla, cualquier cosa que se armara y que él no participara. No puedo creer que ya no estés”, dijo David Emmanuel Mercedes con notable tristeza en el rostro.

Fuente: Listín Diario

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