Opinión

Carta pública a Marino Vinicio Castillo

Por Charlie Núñez

Santo Domingo, R.D.- Mi apreciado y respetado doctor Castillo, quien escribe, cuando contaba con 21 años de edad y con 5 de militancia en el PLD, antes que lo hiciera José Israel Cuello, sin ser una figura pública manifesté que no creía en las ideologías y créame que usted fue una de las razones de mi cambio conceptual.

Recuerdo con satisfacción, cuando frente a un cuestionamiento a las gigantescas marchas que realizábamos los peledeístas en la campaña del 82, usted expresaba: “pues yo lo que veo es una multitud de jóvenes bien preparados marchando”.

También retumba en mis oídos, cuando a la firma del acuerdo PLD y FNP, actividad encabezada por Don Juan y usted, aquellas palabras suyas “esta firma es una formalidad, pues los pactos entre caballeros se pueden hacer con un pelo del bigote”. En aquel momento, usted entró en el corazón de muchos en el PLD.

Sabemos que es mucha el agua que ha pasado debajo del puente de aquella firma a la fecha pero quiero recordarle Don Marino, que a pesar de que éramos un partido disminuido, en esa ocasión, el salón principal del hotel Lina estaba lleno de compañeros de ese partido con el que usted se alió en ese entonces. No creo que le falten dedos al abrir su mano derecha para señalar compañeros que se hayan apartado del camino que trazó el guía.

Al llegar el partido al poder en 1996, nuevos miembros llegaron, desde la más baja hasta las más altas instancias abarrotaron las filas del PLD y sin ánimo de separar a los viejos militantes de los nuevos, Don Marino, le pido que abra sus dos manos y verá que le sobran dedos para señalar a quienes les pueda servir el sombrero con los adjetivos que usted ha calificado a toda una organización política.

Mi apreciado doctor, usted cuestiona a quienes plantean “somos lo mismo”, me incluyo entre ellos.

Los militantes de la fuerza del pueblo y el PLD nos formamos juntos en los intermedios, crecimos juntos y seguimos abrazándonos cuando nos encontramos, cuando muere un compañero de un partido o de otro nos juntamos a llorar juntos su partida, sólo nos falta juntarnos para celebrar nuestras alegrías y la realidad política nos ha puesto en nuestras puertas tal aspiración.

Cuando te encuentras con un compañero que hace mucho no ves, una pregunta muy concurrida es: ¿tú estás en el PLD o en la FP? La respuesta nunca cambia el ánimo del saludo, eso es secundario para nosotros.

He dicho que la coyuntura política actual no es de tácticas ni estrategias, es pura matemática, se necesita 50% + 1 voto para ganar las elecciones y en el actual escenario nadie lo tendrá.

Usted y su partido se han caracterizado por una denuncia constante al narcotráfico, la corrupción y la invasión pacífica haitiana, revise bien el accionar de la actual administración en lo relativo a esos temas y verá que el camino malo debe seguir cerrado, usted es un cerebro brillante del país y de la política, no es hombre de obviar detalles ni dejarse manipular, que es una característica de quienes nos gobiernan, fíjese doctor que cuando dan cifras de deportaciones de haitianas las dan semestral o anual, te atrapan un vehículo y lo promueven en las redes, pero callan la cantidad de haitianos ilegales que permiten andar como Pedro por su casa.

Don Marino, su posición favorece al gobierno, nadie en su sano juicio va a plantear que divididos ganamos más fácil que unidos, si Don Juan le hablará, le diría que esos muchachos son sus hijos, que le jale las orejas si tiene que hacerlo con algunos, pero que usted no puede ser un muro para separar hermanos, aunque hayan cometido errores, usted debe ser un puente para lograr tan anhelada unidad que desea la mayoría y retomar el camino del progreso.

Cuando la mayoría del pueblo pedía la cabeza de Balaguer en 1978, usted no lo abandonó y la característica de sus 10 años fueron distintas a los 12.

Ahora le digo: Don Vincho, ponga el oído en el corazón del pueblo.

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