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New York Mets y una cultura perdedora que se niega a desaparecer

New York Mets terminó el fin de semana sumido en medio de la controversia debido a declaraciones dadas por Javier Báez sobre por qué los jugadores estaban realizando una seña (colocando su pulgar hacia abajo) dirigida al público cada vez que llegaban a las bases.

En resumidas cuentas, “El Mago” indicó que como los jugadores estaban recibiendo abucheos por parte de los simpatizantes del equipo en Citi Field, hogar de los Mets, cuando les iba mal, los jugadores habían decidido devolverles el favor con la seña cuando las cosas salieran bien. Obviamente, la respuesta fue duramente criticada por los fanáticos y el presidente del equipo, Sandy Alderson, emitió un comunicado en el que indicaba que dichos gestos, así como los comentarios, eran “inaceptables” y que no serían tolerados por la escuadra.

Como ha ocurrido en varias ocasiones, estamos en el punto de la temporada donde los resultados empiezan a generar frustraciones para los equipos y sus fanáticos. Los Mets llegaron a julio como dueños de la división este de la Liga Nacional, consiguieron a Javy Báez antes de la fecha límite de cambios, todo iba bien para ellos hasta que las cosas se salieron de control, cayeron al tercer lugar y fuera de la postemporada, por lo que ahora salen a flote todos los problemas que desde hace meses el equipo presentó, pero que fueron cubiertos por estar liderando la división.

Los Mets son un equipo con una cultura perdedora y con esto no solo se hace referencia al récord que tienen en estos momentos. Solo hay que recordar que hace poco menos de seis años estuvieron en una Serie Mundial. Sin embargo, el conjunto se siente como un recuerdo lejano frente a otras franquicias de Nueva York.

Los antiguos dueños nunca se preocuparon por cambiar esa percepción de los Mets, de que, sin importar la cantidad de talento, la cual ha sido elevada, simplemente no logran verse competitivos, organizados y mentalmente sólidos.

Steven Cohen ha tratado de buscar una salida a esto, pero se encuentra con que los miembros del conjunto se comportan (en ocasiones) como si no fuesen un equipo de béisbol profesional, lo que ocurre ahora entre Javy Báez, los otros jugadores, los fanáticos y las oficinas del equipo, así lo demuestra.

El rendimiento en el terreno de juego también es pobre a pesar de contar con jugadores como Francisco Lindor, Pete Alonso, J.D. Davis, así como lanzadores del calibre de Jacob deGrom y Noah Syndergaard (a pesar de que ambos están en la lista de lesionados), es prueba de que el equipo tiene gran talento acumulado, pero no lo ha podido aprovechar.

El dueño y el presidente critican a los jugadores, los peloteros hacen lo mismo con los fanáticos, mientras que el mánager dice no saber nada, así van los Mets. Eso no lo va a resolver una clasificación a postemporada ni un anillo de Serie Mundial. La mentalidad perdedora del equipo ha sido su marca desde hace años y por lo visto, en los “nuevos” Mets lo continuará siendo. MLB

 

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