Editorial

Que la violencia no sepulte el débil ejercicio democrático en Higüey y el país

El domingo próximo, acudiremos al segundo intento de elecciones municipales, luego de que la historia democrática dominicana registre la primera suspensión de elecciones, sin que hasta la fecha, los dominicanos podamos saber que ocurrió, si hubo sabotaje o si finalmente pudo haber sido, negligencia de la Junta Central Electoral, que empecinada en utilizar un sistema rechazados por algunos de los actores, no fue capaz de tener un plan B, que perfectamente hubiese evitado que tengamos que gastar una millonada nuevamente, en la que seria la tercera elección de cinco posible.

Lo preocupante todo esto, ha sido la parsimonia que exhibe el órgano responsable del montaje del proceso, con una publicidad pirrica, que para algunos es totalmente ajena la fecha escogida, sobretodo porque los partidos al quedar arruinado por el fallido proceso, se han visto en la obligación de limitar sus actividades proselitista y campaña en los medios masivos, siendo esto mas notorio en la zona rural, por lo que se advierte que podría producirse una baja en las votaciones.

Esto acompañado de llamadas a que todos se armen, a través de mensajes de voz que circulan en las redes sociales en la provincia La Altagracia, pudiera ser el preludio de hechos violentos que pudieran sepultar la esperanza de alcanzar la solide democrática, expresada desde el ejercicio del sufragio, contaminado con la compra de voluntades, o coacción para forzar la abstención, tiene la Junta Central Electoral, la obligación de redoblar los esfuerzos en materia de seguridad, ante cualquier propósito descabellado, para que no nos lamentemos, al día siguiente. la advertencia esta hecha.

 

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