¿Se firma el divorcio político de Leonel y Margarita?
La vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, ha decidido crear su propio camino político y se distancia políticamente de su esposo, el expresidente Leonel Fernández, quien abandonó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tras ser derrotado en unas primarias, “en las que se adulteró la voluntad del pueblo”, según dijo.
La decisión de Fernández dejó a Margarita Cedeño en la encrucijada de entre seguirlo o quedarse en el Gobierno. Por el momento, ha elegido quedarse en el Gobierno.
Doña Margarita atendió a esa dicotomía en fecha del 22 de octubre cuando emitió un comunicado en Instagram indicando: “En lo relativo a la situación política actual, quiero dejar claro que mis funciones como vicepresidenta y la confianza que he recibido del presidente Danilo Medina para dirigir el Gabinete Social no están en discusión alguna. Seguimos trabajando sin descanso y con dedicación por el progreso social y el desarrollo con inclusión en la República Dominicana”. Así expresaba sus pretensiones de seguir en el poder.
A esto se suma que Cedeño ha continuado como un miembro activo de las reuniones del Comité Político (CP) del PLD, asiento que le toca por su condición de vicepresidenta del país. Pero toma más valor cuando es elegida como secretaria de Educación del PLD, una de las funciones abandonadas por leonelistas. En el CP del PLD se han decidido las acciones contra Leonel Fernández entre las que se incluyen impedir por las vías legales que el exmandatario sea candidato presidencial.
De las promesas que Leonel Fernández hizo al salir del PLD y formalizar el partido “La Fuerza del Pueblo” está la más radical: “Sacar al danilismo del Gobierno”, un ataque directo a los intereses de Margarita Cedeño, como vicepresidenta de la nación.
Fernández también ha cuestionado el proceso electoral de las primarias, atacando directamente el voto automatizado, como uno de los componentes de lo que ha considerado como fraude electoral. El expresidente declaró la aplicación del voto automatizado como un proceso no exitoso en la República Dominicana.